Los verdaderos agravantes en el precio de la póliza de tu seguro de coche

Pablo García Cuadrado

31 de julio de 2017

¿De qué depende el precio de un seguro de un vehículo? De muchos factores. No costará lo mismo asegurar un coche deportivo con mucha potencia que un utilitario básico. Tampoco será lo mismo si el conductor acaba de cumplir la mayoría de la edad, o si el conductor tiene años de experiencia y un registro impoluto en su histórico de sanciones. Vamos a descubrir cuáles son algunos de esos factores. Y destacaremos algunos mitos y creencias desfasados a la hora de contratar un seguro para nuestro coche:

Según el tipo de vehículo

  1. El motor diésel se penaliza frente al gasolina

Las compañías aseguradoras entienden que un coche diésel implica que va a recorrer un gran número de kilómetros. Lo que aumenta las posibilidades de que pueda haber un percance. La póliza por tanto, será más cara que una de un coche de gasolina.

  1. Cuanta más potencia, más cara será la póliza

Esta variable obedece a que las aseguradoras saben, por lógica, que cuanta más potencia tenga un vehículo, más velocidad podrá obtener. Lo que siempre implica un riesgo mayor de sufrir un accidente.

  1. Por un coche entrado en años, pagarás más

En contra lo que se pueda pensar, el seguro de un auto nuevo tiende a ser más barato que el de un coche con varios años de antigüedad. Hablamos siempre a igualdad de póliza. Normalmente un automóvil nuevo suele asegurarse con una póliza a todo riesgo y uno de ocasión, no.

Las aseguradoras actúan contando con que el coche que no es nuevo tiene más posibilidades de sufrir una avería o un percance, al tener menos elementos de seguridad. En resumen, que un coche acumule pegatinas de la ITV, se paga. Lo que parece una contradicción, a priori, tiene una explicación. Según Audatex, empresa dedicada a la valoración de siniestros y averías de automóviles, en cuanto el coche sale del concesionario, su valor desciende un 18%. Y durante los cinco primeros años un 10% anualmente. Hasta alcanzar en el décimo año de “vida” un 13% de su valor inicial. Es decir, a pesar de el coche vale menos a medida que pasa el tiempo, la póliza para asegurarlo aumenta. ¿Por qué?

El motivo reside en el siguiente dato que ofrece la DGT: la antigüedad media de los vehículos que sufrieron accidentes con víctimas mortales en 2016 fue de 13,6 años. Las aseguradoras basan parte del precio de sus pólizas según el nivel de siniestralidad. Por ello, los coches de más edad sufren ese aumento en sus primas.

  1. Si el vehículo “duerme en la calle o bajo techo”

Por otro lado, es lógico que un coche que esté estacionado la mayor parte del tiempo en un aparcamiento cubierto, sufrirá en menor medida de las inclemencias del tiempo. Y al no estar en la intemperie, sea o no vigilado ese aparcamiento, las opciones de ser robado son menores igualmente. Toda esa información hará que las compañías puedan o no aumentar el precio de la póliza del seguro.

No hay colores «prohibitivos»

Y para terminar este punto, desmontamos un mito que por mucho que se diga o que se oiga, nunca será verdad: el color del vehículo no condiciona el precio de su póliza. Es falso que un coche con un color llamativo como rojo, naranja, amarillo… tenga una póliza más cara.

El origen de esta creencia proviene de la tendencia de los conductores más jóvenes en elegir un color «atrevido» para su vehículo. Pero nada de esto es verdad. Si acaso, los colores con un acabado especial como mate, o como alguna otra particularidad, podría ser razón de un equipamiento extra a asegurar dentro de la póliza.

Según el tipo de conductor

  1. Años de experiencia frente a llevar la “L”

Si el conductor acumula años de experiencia como conductor, tendrá una póliza sin penalización. Esta variable tiene cierto sentido y está basada en que los jóvenes menores de 25 años son los que más riesgos tienen a la hora de conducir y de sufrir un accidente. La inexperiencia e inmadurez provocan que los conductores entre 18 y 25 años tengan la mayor proporción de accidentes frente al resto de edades.

Según el estudio “Juventud al volante”, elaborado por UNESPA (Asociación Empresarial del Seguro), informa de que la probabilidad de que un conductor de 18 años se vea implicado en un siniestro es cuatro veces superior que la de una persona de más de 35 años. Y ésta es una de las razones por las que aseguradoras aumentan sus tarifas, para compensar así los posibles gastos que se generen ante el mayor número de daños.

La comparadora de seguros kelisto.es  realizó un estudio donde demostraba como un joven conductor (menos de 25 años) llegar a pagar hasta un 158% mas que uno de 40 años. Lo que se traduce, según el mismo estudio, en que un joven conductor o conductora se gasta de media en el seguro de automóvil 1.585 euros. Una cantidad considerable.

Afortunadamente, no todas las compañías aseguradoras “desconfían” tanto de los conductores noveles y jóvenes. Una de ellas, MAPFRE, lanzó hace años su producto YCAR pensado específicamente para los conductores de 18 a 30 años. Y consiste en un seguro que se paga en función de la forma de conducir y la responsabilidad al volante de cada conductor. Cuanto mejor conductor seas, menos pagaras de seguro. Una práctica con una lógica aplastante que permite ahorrar bastante dinero y además, conducir de forma segura.

  1. Si acumulas multas y sanciones, tendrás que pagar más

Las compañías aseguradoras tienen acceso a tu historial como conductor. Si has cometido infracciones, si has estado implicado (siendo el culpable) en accidentes o siniestros, se verán obligadas a aumentar la prima del seguro. Por desgracia, la reincidencia es alta entre los malos conductores, y éste es uno de los factores que harán que se curen en salud y no corran riesgos.

  1. Dime dónde vives y te diré si tendrás que pagar más

El lugar donde vayas a usar principalmente tu vehículo condicionará también el precio de la póliza. Las provincias o comunidades donde más siniestros se produzcan, harán que las pólizas en igualdad de condiciones sean más caras que en otras áreas donde se den menos accidentes.

A destacar, que no son Madrid y Barcelona las zonas más caras a la hora de contratar un seguro. Son Galicia en concreto, y en general el norte de España las regiones donde la ubicación implica un aumento en la prima. La principal razón, la mayor cantidad de lluvias y de tiempo inestable que provocan, en proporción al número de vehículos, que se produzcan más accidentes.

Las mujeres conducen mejor, y por tanto los seguros que contraten son más baratos, ¿mito o realidad?

Al menos hasta diciembre de 2012. En esa fecha el Tribunal de Justicia de la UE prohibió que el género condicionase el precio de las pólizas. La razón, evidente: era una práctica claramente discriminatoria. Aunque todas las estadísticas muestren que las mujeres son más prudentes, o que al menos, tienen menos riesgos de sufrir un accidente que los hombres.

En definitiva, estos son algunos de los principales factores que determinan el precio de la póliza. Nuestra recomendación desde Circula Seguro es que para escoger el seguro que más se adecue a sus necesidades, se use alguno de los muchos comparadores de seguros que existen on line.

Y como son gratis, un segundo y último consejo desde aquí: la mejor manera de asegurarnos y de proteger a los demás es, cómo no, practicando una conducción segura.

 

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