Aparcar atravesando la plaza de parking, desde atrás

Jaume

9 de marzo de 2014

No es la primera vez que me escucháis denunciar el mundo paralelo en que aparentemente vive el reglamento viario en los aparcamientos. Sin embargo, tengo mis dudas de si la actitud de la que vamos a hablar hoy va en contra del espíritu y letra de la ley: aparcar atravesar la plaza de parking, desde atrás.
Esta forma de aparcar normalmente sólo es posible en los aparcamientos, debidos a la habitual disposición de las plazas en batería con filas de a dos. Es decir, las «calles» por donde podemos circular para entrar y salir de las plazas están separadas por dos hileras de coches que se dan la espalda mutuamente si ambos aparcan en reversa (o se besan, si aparcan de frente). Pues bien, si hay dos plazas libres juntas, una detrás de otra, es posible entrar de cara y pasar al segundo espacio libre desde atrás.

Como digo, tengo mis dudas de si esta práctica es, en el sentido estricto, plenamente legal o no. Cedo el análisis desde ese punto de vista a los expertos en leyes de Circula seguro. De hecho, debo decir que un servidor debe haber practicado esta maniobra alguna que otra vez…
La verdad, es que hacerlo es el colmo de la vagancia, lo admito. Es la eterna discusión de si debemos aparcar en batería de cara o marcha atrás. Los cánones dictan que, en principio, es más seguro aparcar marcha atrás (por las mismas razones que expusimos en el artículo sobre el aparcamiento oblicuo), a excepción de las situaciones en que sea necesario dejar el maletero a mano para cargar o descargar.
No obstante, aparcar marcha atrás en batería suele ser visto como una maniobra tediosa. Debe ser eso, porque un vistazo a nuestros aparcamientos demuestra que es, de largo, la técnica menos utilizada. Probablemente, la percepción de facilidad que da el aparcar de frente es totalmente falsa, ya que es una maniobra más delicada, con mayor riesgo de golpear columnas u otros coches y donde resulta mucho más difícil corregir si no sale bien a la primera.
Pues bien, la práctica de aparcar atravesando la plaza de parking, entrando a la segunda desde atrás, ofrece el colmo de la facilidad. Por lo menos desde este punto de vista. No sólo nos permite entrar de cara, sino que al haber pasado por encima de la primera plaza dejamos el coche encarado para salir.
Aparcar atravesando la plaza de parking, desde atrás

¿Y dónde está el problema de aparcar atravesando?

Pues, probablemente, la mayoría de veces no hay mayor problema. Si conseguimos meter el morro en el carril que forman las dos vacantes alineadas, sin rozar los vehículos de los lados, pues ya está.
Lo que pasa es que, como siempre decimos, la circulación es un hecho social. No se trata de manejar el vehículo sorteando los obstáculos fijos, sino que debemos tener en cuenta al resto de usuarios de la vía.
En el caso que nos ocupa, muy probablemente no podremos ver si al otro lado de la doble hilera de coches hay otro conductor que intenta acceder a la misma plaza que hemos elegido.
Algo así me pasó a mi mismo hace un par de semanas. Acababa de acceder al aparcamiento de un centro comercial. Como todo el mundo, alérgico a andar 50m, andaba buscando la plaza libre más próxima a la escalera de acceso. Seleccioné una plaza libre muy bien colocada. Empecé el protocolo: poner intermitente, pasar de largo como un metro y medio, poner marcha atrás, girar el volante y meter el pompis de mi vehículo.
No obstante, no llegué a completar ni el segundo paso de la lista. De repente, sin aviso, en un exabrupto apareció un coche rojo que llegó desde atrás. El muy (censurado) había aparcado atravesando la plaza de parking. Y, además, como digo, lo hizo de forma un tanto brusca, apareciendo por ahí sin más.
Lo cierto es que la situación no revistió mayor importancia. Había otra vacante un par de plazas más allá. Aunque me dio por pensar, si un servidor hubiera decidido hacer una maniobra similar, entrar de cara y atravesar la plaza, probablemente mi entrada habría sido algo más rauda, con el riesgo evidente de darnos de bruces ambos coches.
No quiero ser dramático. Las velocidades en estas maniobras son tan reducidas que lo más probable es que hubiéramos podido frenar a tiempo ambos. Como poco, un pequeño golpe de los que todos nos damos al aparcar, que apenas mellan los parachoques. Pero, ¿por qué vamos a llevarnos un susto que es totalmente evitable?
Por otro lado, podéis imaginad mi cabreo si no hubiera habido una vacante poco más allá. Obviamente, el acceso a la plaza libre que el coche rojo había sobrevolado es difícil, ya que está en la otra fila (muy probablemente llegaría otro coche antes que yo).
En definitiva, no quiero condenar la práctica de aparcar atravesando la plaza de parking. Sin embargo, como toda maniobra, debemos realizarla con la mayor de las prudencias posibles. Debemos hacerla tan sólo si podemos cerciorarnos de que al otro lado de la fila de coches no hay otro vehículo intentando acceder a la misma plaza. Si lo hay, la lógica dicta que él tiene preferencia por la plaza que está en su lado.

Fotos | Nic Redhead, starmanseries