Algunos consejos básicos para dejar el coche parado durante un largo periodo de tiempo

Josep Camós

7 de agosto de 2008

El verano es más que un tiempo destinado al descanso. En ocasiones, marca el antes y el después de la vida de mucha gente. Es un punto de inflexión que muchas personas aprovechan para hacer planes de futuro que comenzarán justo cuando llegue el mes de septiembre. Esos planes pueden contemplar la posibilidad de cambiar de aires.

Si durante estos días de verano o incluso más allá de ellos prevemos tener el coche totalmente parado, o si sabemos que dejaremos el vehículo completamente fuera de uso por un largo periodo de tiempo, aquí van unos consejos rápidos para evitar que el vehículo se vengue de nosotros cuando lo volvamos a necesitar.

Antes de dejar el coche, conviene revisar los niveles (aceite, líquido refrigerante, frenos). Si el vehículo debe permanecer parado durante mucho tiempo, es mejor dejar cambiado el aceite y el filtro de aceite. Y si el paro supera los tres meses, será recomendable volver a cambiar el aceite a la vuelta, antes de utilizar el vehículo.

Otro consejo típico es el de desconectar la batería para evitar que se descargue. Si además escribimos en un papel la frase «conectar la batería» y dejamos la nota en el salpicadero, nos ahorraremos un susto cuando volvamos a coger el coche. Si nuestro vehículo lleva códigos de seguridad (para la radio, por ejemplo) debemos asegurarnos de que los conocemos antes de desconectar la batería.

Resulta recomendable llenar el depósito de carburante para evitar problemas de condensación de agua. Si prevemos que el coche estará detenido durante un periodo de tiempo muy largo, quizá sea necesario consultar con el mecánico si es recomendable añadir al depósito algún tipo de aditivo especial.

Es imprescindible revisar la presión de los neumáticos y dejarlos inflados a la máxima presión contemplada en el manual del vehículo.

Si durante todo este tiempo el vehículo descansa en un parking convenientemente vigilado, lo cual es más que recomendable dadas las circunstancias, puede ser una buena idea bloquear las ruedas con calzos (nunca con piedras o maderas) y liberar el freno de estacionamiento para evitar adherencias entre los elementos de frenado.

Conviene lavar el coche por fuera, especialmente los pasos de rueda y los bajos, y dejarlo encerado. Y es más que recomendable aspirar el vehículo por dentro, especialmente si hay pequeños restos de comida (migas, galletas, etcétera) que puedan llamar la atención de hormigas y otros animales.

Si dejamos el coche en un parking convenientemente vigilado, puede ser buena idea dejar abierta una de las ventanas, simplemente unos milímetros, para evitar la condensación de agua en el interior. Si dejamos el vehículo en la calle, es mejor no tentar nuestra suerte.

Si el coche se va a quedar todo este tiempo en la calle, puede ser una buena idea comprar un toldo para cubrir el vehículo, siempre que este permita la evaporación del agua condensada. De esta forma nos ahorraremos no sólo la suciedad que pueda caerle durante nuestra ausencia, sino también algún que otro refregón ocasionado por los conductores de autos de choque que abundan por nuestras ciudades.

A la vuelta, conviene ir a ver nuestro coche sin prisas. Aunque hayamos tomado algunas medidas para contrarrestar el paro, no podemos olvidar que nuestro vehículo es una máquina compleja que hemos dejado sin funcionar durante un largo periodo de tiempo. Por eso, siempre será mejor hacer una visita de cortesía a nuestro coche y revisar que todo funciona bien antes de cogerlo «porque tenemos que estar en tal sitio a tal hora».

Vía | WikiHow