Alergias, coche y lentillas, compleja combinación

Esteban Viso

18 de mayo de 2015

Cuando hablamos de alergias primaverales, solemos centrarnos en las generalidades, los síntomas y las consecuencias de sufrir un ataque en plena conducción. Son momentos complicados para muchas personas, porque cada vez hay más alérgicos entre la población, y la primavera se convierte en un calvario para muchos, sobre todo en el coche.

Combatir la alergia es cada vez más accesible, eso sí, y los medicamentos suman en favor de la seguridad vial al tener menos efectos secundarios como la somnolencia, pero queda mucho camino que recorrer. Nosotros podemos poner mucho de nuestra parte teniendo las precauciones habituales, cambiando y manteniendo perfecto el filtro de aire, y también tener precauciones con las lentillas, si las utilizamos. Seguramente es uno de los elementos de los que menos se habla, por lo general, pero tener cuidado con ellas es fundamental para hacer más llevadera esta época del año.

Los ojos, y por tanto la vista, son imprescindibles para conducir y en esta época del año (entre mayo y agosto, además), es habitual que las personas sensibles al polen, entre otros alérgenos, sufran sus consecuencias. El picor, el lagrimeo y el enrojecimiento ocular son síntomas principales de ese 21% aproximado de personas afectadas por alergias en España. Son más mujeres (24,7%) que hombres(18,3%), pero no es un dato tan relevante como que parece ir a más y que la contaminación potencia las alergias.

Por eso en ciudades de más de 500.000 habitantes las personas son más propensas a ser alérgicas. Y dentro de las afecciones, la rinitis es la más frecuente, y suele estar asociada a la conjuntivitis, y por eso se le llama rinoconjuntivitis. Pues bien, si utilizamos lentillas, podemos agravar los síntomas, o potenciar la aparición de dicha conjuntivitis, que dicho sea de paso, es bastante incompatible con la conducción.

El primer consejo si usas lentillas y eres alérgico es que utilices lentillas de uso diario, y no las convencionales de varios usos. Este simple gesto va a minimizar las posibilidades de acumular alérgenos en las lentes de contacto, y por tanto eliminamos la posibilidad de ponerlas en contacto (valga la redundancia) con nuestros ojos. Otros consejos son:

  • Extremar la higiene y el lavado de manos, porque de esta forma limpiaremos cualquier alérgeno que hayamos tocado inadvertidamente. De frotarnos los ojos, por ejemplo, con las manos contaminadas, estaremos provocando una reacción.
  • Por eso mismo, no hay que frotarse los ojos, aunque sintamos el picor o la sensación de que tenemos un cuerpo extraño. Esto podría empeorar la reacción. Podemos usar lágrimas artificiales para aliviar ese ardor y mantener los ojos hidratados.
  • Las gafas de sol son muy recomendables cuando salimos de casa como barrera protectora contra alérgenos, además de protegernos de la luz intensa.
  • Durante los desplazamientos en coche en primavera, cerrar las ventanillas para evitar el contacto con el polen que pudiese estar suspendido en el ambiente.
  • En casa cerraremos las ventanas (limitaremos el tiempo de ventilación diario al mínimo imprescindible) y es recomendable utilizar humidificadores, o filtros.
  • Si por cualquier cosa tenemos irritación, dolor, secreciones o pérdida de la visión, suspenderemos el uso de las lentillas, para consultar a un profesional.

Más información | Médicos por la Seguridad Vial
Foto | Alexandre Normand