Adelantar no es un problema de potencia sino de prudencia

Javier Costas

28 de enero de 2009

«En una encuesta que estoy haciendo para Motorpasión»:http://www.motorpasion.com/2009/01/27-comprarias-un-coche-con-velocidad-maxima-autolimitada, preguntando a los lectores si aceptarían una limitación de fábrica en el coche a 120, 140 o 160 km/h se vuelve recurrente el argumento de «¿Y si tengo que ponerme a más de 160 para terminar un adelantamiento?»

Punto número uno. *Un adelantamiento que se termina a esa velocidad es un adelantamiento muy mal hecho*. Al conducir durante cuatro años por carreteras de doble sentido fundamentalmente, he hecho cientos de adelantamientos y con coches de diferentes potencias. Hay veces que se calcula mal la distancia y vemos uno de frente, entonces vienen los sudores.

Si aceleramos para rebasar antes al adelantado y echarnos a la derecha podermos estar empeorando el problema, ya que cuanto más rápido vayamos más reducimos la distancia que nos separa con el coche del carril contrario y aumentamos mucho el riesgo. *Cuanto mayor es la velocidad, peor es la aceleración*.

Buena suerte

Punto número dos. Cuando se quiere iniciar un adelantamiento, una de las cosas que hay que verificar es que el carril izquierdo está despejado *el tiempo suficiente*, contando con que pueda venir otro coche. Si eso no está totalmente verificado, no nos movemos del carril.

También hay que asegurarse que vamos a tener la oportunidad de volver atrás en caso de juzgar mal la distancia o un imprevisto como que se incorpore otro coche más adelante a la carretera. *Un buen adelantamiento es cuestión de previsión y anticipación, no de contar con 500 caballos para salir del paso*.

Ya lo hemos dicho muchas veces, ante la menor duda, hay que desistir del adelantamiento.

Adelantamiento

Una vez estuve a punto de matarme, estaba haciendo un adelantamiento y tuve una súbita pérdida de potencia; el coche simplemente dejó de acelerar. Daba igual la marcha o cómo pisara el acelerador. Lo que a lo lejos parecía una moto era una furgoneta con un faro fundido. ¿Qué me salvó? Frenar y echarme a la derecha. Y eran 170 CV.

Si se me mete entre ceja y ceja terminar el adelantamiento por mis santísimas gónadas, igual no estaría escribiendo ésto. Fue un caso de extrema mala suerte, pero como se ve, posible. Si una vez hacemos un adelantamiento en el que hemos echado algo de sudor o hemos oído una pitada *hay que hacer autocrítica*.

¿Qué ha salido mal? ¿Falta o exceso de aceleración? ¿El que vino de frente iba más deprisa de lo calculado inicialmente? ¿Era un adelantamiento inútil? Se supone que adelantamos para rebasar a un vehículo más lento, pero adelantar por una diferencia de 5-10 km/h es algo bastante cuestionable, por no decir peligroso.

Accidente O Salnés

Adelantar es un arte si se hace bien, de lo contrario, es una fuente de riesgo tremenda, ya que el choque de frente suma la energía cinética de dos coches, *es uno de los accidentes más letales que hay*. Sé que no siempre es posible hacer un adelantamiento perfecto, pero cuando no sea así, pensemos con calma qué se puede corregir para la próxima vez.

Por algo el Código especifica que sólo se pueden exceder en 20 km/h del límite genérico de la vía (en autopistas y ciudad no), para evitar que en un adelantamiento acabemos a 190 km/h apurando apurando y al final nos convirtamos en un cromo contra un camión. Es más seguro un conductor previsor con un turismo de poca potencia a un _cagaprisas_ con 200 CV, al que llegar 4-5 minutos más tarde le supone una cuestión de vida o muerte.

*Y a veces, se concluye así, a muerte*.

Un último consejo: si te encuentras en una situación realmente complicada, recuerda, «evita a cualquier precio chocar de frente»:/2008/07/22-un-consejo-rapido-evita-el-choque-de-frente.

Fotografía | Javier Costas (I, III)