Adiós a los malos humos de los camiones

Igor Zamorano

21 de noviembre de 2008

Muchos de vosotros habréis comenzado a ver, al paso por las gasolineras, unos nuevos surtidores. La respuesta es sencilla. Esos surtidores se encargan de proporcionar AdBlue. El Adblue es un producto químico de origen sintético extraido del gas natural y compuesto básicamente por urea disuelta en agua. Se trata de un líquido incoloro, algo más denso que el agua, no tóxico y no peligroso. De hecho es utilizado también en la fabricación de ingredientes alimenticios o cosméticos y sobre todo, es un producto que no perjudica al medio ambiente.

Pero, ¿para que sirve el AdBlue?. Con la nueva normativa Euro 4, y la futura Euro 5, los motores diesel tradicionales de la gran mayoría de camiones y autobuses tendrían problemas para llegar a los niveles requeridos. Por ello han tenido que desarrollar sistemas para sus nuevos motores con los que poder cumplir estas normativas.

Ante esa tesitura, los fabricantes comenzaron a desarrollar sus sistemas. Y al igual que pasó con los vídeos VHS y BETA, las distintas marcas han ido por caminos diferentes. Por un lado se situaron cinco fabricantes que aglutinan al 75% del mercado. Éstos, escogieron la tecnología SCR (la que utiliza AdBlue) mientras que el resto se han decidido por la «competencia», el EGR.

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La tecnología EGR, consiste un una recirculación de los gases del escape. De forma que una parte de éstos, antes de llegar al catalizador, son recirculados hacia un radiador que los enfría para de nuevo pasar al motor. Este proceso consigue reducir los niveles de oxígeno y nitrógeno. El efecto negativo es que aumentan las emisiones de partículas por lo que es necesario colocar algún tipo de filtro.

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El SCR es el sistema adoptado por la gran mayoría de fabricantes. Contrariamente al EGR, el SCR requiere de un elemento externo para poder funcionar, el AdBlue, que se ubica en un deposito auxiliar. Esta tecnología trata de optimizar el periodo de inyección de combustible de modo que éste se quema de una manera mucho más eficiente, reduciendo las emisiones de partículas. Los óxidos de nitrógeno son convertidos en nitrógeno y agua mediante la inyección del AdBlue en el flujo del escape. Posteriormente los gases resultantes del escape pasan a través de un convertidor catalítico.

Los pros y los contras son claros. El SCR requiere de un gasto extra en la compra del AdBlue. Aunque su consumo es de tan sólo un litro y medio cada cien kilómetros. ¿Su precio? Aunque por el momento el precio no sea de referencia, la amplia demanda futura, ser un producto beneficioso para el medio ambiente y por tanto no gravado por impuestos hará que el precio no sea elevado. Por su parte el EGR no requiere ningún mantenimiento. Lo que podría convertirse en una ventaja puede ser una desventaja. Los costes operativos del EGR son mayores.

¿Como afectan ambos a la conducción eficiente y al medio ambiente?. Otra respuesta que parece tener un claro ganador. Las pruebas han demostrado que con el EGR el consumo de combustible es mayor. Éste esta cifrado en, aproximadamente, un 3%. Mientras que en el SCR la reducción de consumo puede llegar al 4%. Por último existen limitaciones. La tecnología EGR cumple la Euro 4 pero aún no está dentro de los parámetros de la Euro 5 que entrará en vigor en 2001 2011.

Imagen | Volvo Trucks